La mayoría de las personas tenemos una hipoteca.
Un gran porcentaje de esas hipotecas, están avaladas por otra persona, es lo que se llama, la figura del avalista.
Pero… ¿Con el paso del tiempo, se puede eliminar esta figura?
¡¡Os contamos!
Para el banco, concederte una hipoteca supone un riesgo. El riesgo de que no les devuelvas el dinero. Las entidades financieras quieren que les devuelvas el dinero más los intereses. Quieren tener esa seguridad, es decir, garantías de que todos los meses vas a poder pagar la cuota de la hipoteca.
Es cierto que el inmueble hipotecado ya es una garantía, pero para el banco se convierte en un pasivo. En el caso de que no pagaras la hipoteca y te embargaran la vivienda, tras el proceso de desahucio van a tener que pagar gastos por el inmueble: gastos de comunidad, impuestos, basura… y sin tener claro el poder venderlo rápido a un precio que les haga recuperar el capital y obtener beneficios.
Por lo que… si no tienen claro que vas a poder devolver el dinero con seguridad, es cuando piden la entrada de avalistas. Se trata de personas solventes que deciden ponerse a disposición del banco para pagar la deuda en caso de que el titular de la hipoteca (tú) no lo hagas.
Para el banco, los avalistas son personas con dinero “líquido”, es decir, que, si no pagas la hipoteca, ellos van a poder hacer frente a la cuota, por lo que al banco, le reduce el riesgo de no cobrar.
Pero… ¿Y de qué manera se pueden eliminar los avalistas? Quizás tu situación ha cambiado, es decir, ahora tienes más ingresos, o dispones de un contrato fijo. También puede ser que tengas alguna otra garantía que puedas aportar en lugar de estos avalistas.
Cada persona, tiene una situación diferente, por lo que se analiza situación a situación y se busca una opción personalizada.
Y… ¿cómo es el proceso de eliminar a los avalistas de tu hipoteca?
El primer paso para eliminar a los avalistas es hablar con el banco y comentarle la intención de quitar a los avalistas.
“El banco seguramente va a hacer un estudio de riesgo basado en tu solvencia y el importe restante de la hipoteca. Llegado el caso, pueden pasar tres cosas”.
La primera posibilidad es que el banco “te diga que no”, que no le compensa el riesgo, en cuyo caso “deberías probar otra alternativa”.
La segunda opción es hacer una “novación” es “un trámite mediante el cual se cambia algún parámetro del contrato como el titular, interés, plazo… y también la existencia o no de avalistas. Para ello, tanto el banco como el cliente necesitan estar de acuerdo, y es posible que algunos bancos cobren al cliente unos costes.
La última posibilidad es una subrogación o refinanciación de la deuda. Para que lo entendamos, es cuando cambias la hipoteca de banco, es decir, constituyes una hipoteca nueva en otro banco y cancelas la que tienes ahora vigente.
Si tenéis una hipoteca, en la que tenéis avalistas y les queréis liberar de esa carga… no dudéis en poneros en contacto con nosotros y os estudiaremos la mejor opción.